Terapias exitosas

Muchas cosas se dicen de este hombre. Es el villano del momento, el ogro que no duda en hacer del maltrato una técnica persuasiva. El que provoca mas comentario por su carácter que por su trabajo como funcionario del gobierno. El que actualmente carga sobre sus hombros todo el peso del retroceso económico de la Argentina. Si es Guillermo Moreno, el super ministro.

La economía siempre ha sido un tema álgido en Argentina. Mucho de ellos han tenido mas relieve que los mismísimos presidentes a los que servían y muchos también eran verdaderos fusibles puestos ahí tan solo para saltar cuando la sobrecarga ocurría.

Las decisiones, aciertos y errores de estos tipos; cobran trascendencia inusitada pues ya sea en uno u otro sentido, nuestras vidas dependen de ellas. Son como los pastores del rebaño y a veces la producción de sus actos parecen depender mas del milagro que de la Ciencia. Aunque...... en un país donde la ciencia y la política marchan por camino tan opuestos, esto no debería sorprendernos.

Después de Domingo Cavallo, la dependencia del ministro de economía, tuvo un saludable ocaso. A punto tal que a veces ni siquiera se sabia quier era el ministro de turno. Así Boudou, por ejemplo, fue mas conocido por sus aficiones musicales que por la escuela económica a la que se sintiera vinculado. Por lo general, cuando la situación es prospera, el ministro puede ser un funcionario mas, pero cuando las dificultades asoman, se necesita un guru.

Moreno no es ningún guru. Es un licenciado. No ostenta postgrados y tampoco presume de exotismos académicos. Es mas, seguramente es de los que debe sonreír con sorna cuando alguien cargado de pergaminos universitarios le presenta su cv.

El es mas de la Universidad de la calle, un sobreviviente al cual los pases mágicos y las piruetas chamuyeras no le caben. Ha visto de todo y conoce perfectamente todos los trucos. Para moreno 2 mas 2 son cuatro y como cuatro son también la operaciones fundamentales de la aritmética, no hace falta complicarse con cálculos innecesarios.

No obstante seria injusto no reconocerle cierta originalidad. Hallar un barra brava que sepa economía no es tarea fácil. La gente se educa, por lo general, para no tener que ejercer la violencia. Pero, a quien hace lo contrario, le cabe la sospecha de perseguir alguna finalidad perversa.

Probablemente Guillermo Moreno este bien descrito en el DSM-IV, un catalogo de enfermedades psiquiátricas que estandariza el amplio rango de patologías existentes en esa rama medica. Basta mirarle la cara para darse cuenta que a ese hombre le pasa algo. Por suerte sus actos nos libera de quedarnos tan solo con sus gestos faciales. Toda su historia esta signada por el abundante uso de la descalificación, el atropello insultante y la valoración de la practica de la prepotencia. Todo lo contrario a las propiedades necesarias que alguien en una situación de gran responsabilidad, debe tener. Creo que estaría bueno tenerlo como encargado de sector de una fabrica, pero como Secretario de Comercio Interior........¿ tiene que ser él ?.....

La pregunta básica es porque. La respuesta mas fácil es que su perfil delata la estrategia funcional de quienes lo emplean. En la rectangular visión del mundo kirchnerista, bastante afín con la organización politica mafiosa. El violento es necesario para trasmitir la capacidad de daño que es la fuente de su poderío. No se requiere de ninguna negociación, el soberano no transa, solo exige. En este escenario Moreno es muy valioso. Tanto, como el desaparecido verdugo eficiente que cortaba cabezas en nombre del Rey.

Dicen que al menos es honesto y que no se le conoce vinculaciones con actividades corruptas. Puede que esa honestidad no sea tanto una virtud sino la materialización de un ideal personal: El de haber alcanzado un sitio donde su perversidad pueda canalizarse. No le hace falta mas.

Leí por ahí que Jack el Destripador detuvo su sed homicida porque a lo mejor luego de liberar su violencia, se curo. Sera que Moreno busca curarse ?......

Reconozcamoslo, hay merito en el Kirchnerismo al saber hallar siempre esta clase de personal calificado capaz de trasmitir el apriete, en el lenguaje profesional adecuado.